En los últimos días, he observado en la red social X una serie de cuentas que difunden mensajes que captan la atención por su naturaleza provocativa. Aunque no mencionaré específicamente estas cuentas ni compartiré enlaces para evitar darles publicidad, considero importante analizar el contenido que publican.
Uno de los mensajes más llamativos es un vídeo que muestra a una atleta rusa, rubia y blanca, seguida por dos atletas de tez oscura, una con el emblema del Reino Unido y otra con la bandera francesa. El narrador del vídeo pregunta: “¿Qué ves?”. Las respuestas son predecibles y desafortunadamente cargadas de racismo y xenofobia, con comentarios como “un país que defiende lo suyo” o “una mujer de verdad y dos africanas”. Estos mensajes lanzados desde granjas de bot en el Este (Rumanía es un lugar habitual, pero también Corea del Norte hace estos trabajos para los rusos porque sus temperaturas son buenas para los servidores) resultan repugnantes pero en España tienen un clarísimo eco y altavoz en cierto partido político.
Otro mensaje de la misma cuenta muestra a personas caminando por las calles de Rusia, acompañado de la pregunta: “¿Qué ves?”. Los comentarios que siguen alaban el “blanquismo” y la pureza racial y cultural... en fin, que le pregunten a Garriga, de Vox, que tiene él de "cultura" africana por el mero hecho de ser negro.
Estos mensajes no son meras coincidencias o actos aislados de individuos con ideas retrógradas. Son indicativos de una estrategia más amplia y preocupante. Parece que Rusia ya está preparando el terreno para las próximas elecciones europeas, utilizando tácticas que buscan dividir y polarizar a la sociedad, como ya hicieron en Estados Unidos a favor de Donald Trump, como hicieron en el procés catalán, o como ya fue detectado que realizaron en las pasadas elecciones europeas. Y aquí, en nuestro país, tiene un claro favorito.
El objetivo de Rusia es desestabilizar, y para ello, no tienen empacho en ayudar a la independencia de Cataluña, porque sería una cuña contra la Unión Europea, o incluso aplaudir lo que está pasando en entre Israel y Hamas porque es otra cuña de división entre los propios socios europeos, y también con Estados Unidos. La promoción de la discriminación racial y la xenofobia son herramientas poderosas en manos de aquellos que buscan influir en los resultados electorales y debilitar la cohesión social, y eso es lo que está haciendo ese Estado en la actualidad.
Lo más curioso es como se han dado todos la vuelta a raíz de la invasión rusa de Ucrania. Resulta que la ultraderecha española que alababa a Vladimir Putin por la defensa de valores "tradicionales", ya saben, la pureza racial, la Iglesia, la homofobia... ahora se le han puesto en contra, mientras que los comunistas que estaban contra él, ahora son su baluarte por ser quien se enfrenta al "imperialismo yankee".
Las elecciones europeas son un momento clave para demostrar nuestro compromiso con los valores democráticos y la diversidad que enriquece nuestro continente.