Hay homenajes y homenajes, y el que ofreció anoche Sara Baras a Paco de Lucía está lleno de arte y talento, de esfuerzo y conocimiento, de emoción y grandeza. Dos genios. Sara Baras, en el escenario del Auditorio Maestro Padilla, desplegando una coreografía con arraigo tradicional y desarrollo contemporáneo, expresada con un lenguaje corporal único, arropada con una escenografía elegante y cuidada hasta el mínimo detalle. Y Paco de Lucía, que seguro le siguió el compás con su guitarra, desde el cielo. ‘Vuela’ es, a su vez, la conmemoración del 25º aniversario de su compañía de baile. En Almería, anoche y siempre, dejó huella en un Auditorio repleto de unos espectadores entregados.
Desde el primer compás, la puesta en escena transportó a los espectadores a un viaje sensorial, con momentos de intimidad absoluta que contrastaban con explosiones de color y luz en los momentos más vibrantes. El homenaje a Paco de Lucía se teje a través de un viaje coreográfico en cuatro actos, que comenzó con la bailaora sentada como su fuera un cantaor/a, junto al tocaor, expresando con sus manos el ‘quejío’ flamenco. ‘Madera’ se llama y está llena de tradición y autenticidad. El segundo es ‘Mar’, donde los sonidos evocadores del agua se mezclaban con una iluminación que potenciaba la narrativa. Una navegación donde el movimiento del vestuario se convierte en la prolongación del cuerpo de las bailaoras. La tercera aborda la ‘Muerte’. De negro riguroso, hasta el olor a incienso se sumó en esta liturgia artística de respeto hacia el genio de la guitarra que siempre nos acompañará en nuestro corazón. Sobrecogedores el baile de Sara Baras al unísono que suena una soleá. Y en la cuarta ‘Vuela’, donde se deja llevar por la alegría de la celebración que comparte con cada uno de los miembros de su compañía, a los que entrega el protagonismo y el aplauso del público.
La directora y coreógrafa bailó con un vestuario moderno de impecable calidad, con faldas de gran vuelo que realzaban cada giro y zapateado. Destacó también el manejo de los mantones, que desplegaban una elegancia espectacular en cada movimiento. Y, como siempre, un taconeo poderoso e intenso, donde Sara Baras es única. La artista está acompañada por un elenco de 13 artistas -bailaoras, cantaores y músicos, guitarras y violín-, con los que la conexión fue total, transmitiendo una energía que se extendió a todo el Auditorio.
Sara Baras, visiblemente emocionada, se dirigió al público en varias ocasiones con exclamaciones como ‘¡Gracias, Almería y Tomatito!’, rindiendo homenaje al gran guitarrista almeriense. Sus palabras fueron recibidas con ovaciones y aplausos, reflejo de la admiración y el cariño que el público le tiene a ambos artistas.
Durante la noche, Sara Baras también destacó la gran demanda de entradas y aseguró que, en su próxima visita, ofrecerá dos funciones para que nadie se quede sin verla. Asimismo, subrayó que ‘Vuela’ es un espectáculo completamente privado, que no depende de subvenciones, y que sigue llenando teatros porque el público siempre está entregado y valora lo que ella hace.
El cierre del espectáculo fue apoteósico. Con el público en pie y un aplauso interminable, la genial bailaora regresó varias veces al escenario para agradecer el cariño recibido. Con ‘Vuela’, Sara Baras demuestra una vez más por qué es una de las grandes figuras del flamenco actual, con un espectáculo que cautiva, emociona y deja huella. Almería ya espera su regreso, esta vez, por partida doble.