La decisión colegiada, municipal y autonómica, recaída sobre el dictamen de la construcción del “Smart Green Cube”, incluido en el Polo de Innovación Agroalimentaria, en el solar actual en donde se ubicaba el ruinoso edificio, que dio cobijo a la Sociedad Estatal de Correos y Telégrafos, “cum laude” sobresaliente, va más en el camino del acierto institucional en el ejercicio de la gobernanza municipal y gestión pública, ejemplo significativo de la importancia que tiene la participación ciudadana libre en la vida municipal.
El acuerdo adoptado por el equipo de gobierno es de elevado significado político y social, el hecho que supone analizar y valorar las opiniones de los vecinos y del tejido social, y de los órganos consultivos, e hilvanarlas de forma integral en concurrencia con los códigos cualificados de la praxis política basados en informes jurídicos y económicos, los cuales daban y dan respaldo técnico a una determinada propuesta gubernamental por su grado de sostenibilidad, dinamización y revitalización de una zona determinada, ahora en el PITA.
Es difícil poder satisfacer siempre las expectativas de toda una ciudadanía. Pero el hecho de gobernar en determinados ocasiones que la normativa legal de aplicación y la jurisprudencia así lo permiten, pueden acogerse a la flexibilidad en el pensamiento de colaboración público-privado, oído el parecer de la comunidad vecinal, cuando esta no está no se deja manejar por madurez democrática por intereses parciales, ya que no siempre es fácil, según nuestro saber y entender, la adopción de un acuerdo en el que inciden de manera activa vectores económicos y sociales a la hora de implementarse con rectitud y objetividad procedimental una propuesta, la cual tiene repercusión en el conjunto de la sociedad civil.
No es tan fácil, y en ocasiones impregnada de complejidad, cuando se adopta, cuando se hace operativa, y como en estos momentos referenciados en los medios, los objetivos y motivos se han debido de actualizar y perfeccionar, como en este caso, tras un periodo de reflexión, que no solo bastaba la dinamización del entorno, considerándose oportuno e idóneo sustituir la primigenia decisión que se pretendía realizar.
Es un excelente camino el adoptado, creíble, estable y factible para mejorar nuestro espacio urbano desde la sostenibilidad en el casco histórico, el hecho loable y plausible de una paralela alternativa de tener una visión más abierta y no sesgada ideológicamente a mantener una agricultura urbana en el interior, como suele ocurrir en sectores inmovilistas y retrógrados en cuestiones del planeamiento y la ordenación del territorio, que no tienen en cuenta en sus aportaciones y decisiones, ni los intereses generales ni el bien común, solo sus egocéntricos criterios impregnados de un nihilismo materialista.
Por eso, salvo “panem et circense”, nunca saldrán de ese angular político del rescoldo de las tibiezas que les dan las urnas, desde donde manifiestan con acritud todos los días sus conjeturas basadas en la ignominiosa palabrería desaprobatoria, sin más justificación que la irrelevancia de sus consejos partidistas de imponerlos al margen de los beneficios medioambientales y sociales que llevan en su impronta un modelo urbano de ciudad y el objetivo de seguir atrayendo inversiones y permitan retener y generar talento. Paz y Gloria.