Aportada por el PP, se veía venir: en vez de bajar, subir. No es solución al problema, sino aportación al negocio Disculpen: no es predisposición en absoluto. La reunión de Asturias despertó nuestra curiosidad. Cabía una (remota) posibilidad de que por fin hubieran abandonado su tarea obsesiva de proteger a los especuladores y decidimos esperar ¿una esperanza?, y también interés, por si acaso. Y algo de morbo ¿para qué ocultarlo?, si ya impone escucharlos cuando dicen que “van a aportar una solución al problema de la vivienda”, porque saben que es un problema —a ver, tontos no son— y que los problemas necesitan solución. Entonces ¿por qué se han negado en todo momento a las medidas para bajar precios? ¿Tendrá algo que ver la familia Aznar? No sólo ellos, claro. Las medidas se han adoptado en Berlín (Alemania, ¿eh?), en U.S.A. (United States of América, por si queda duda) ¿dirán que se han hecho comunistas de golpe? De estos se puede esperar todo. ¿O seguirán callados, ignorantes de ese punto? Desde luego es lo que les interesa para no descubrirse. Pero ¿no están ya descubiertos? Pues vaya…
Así que después de tres días de conversaciones y alguna copilla, que no es malo ¿eh? No es malo con moderación y ellos son moderados. Bueno, así se autotitulan. (¿Lo dirán por Ayuso? ¿O por las permanentes mentiras de Pinocho Feijoo? O por las “soluciones acuáticas” de Moreno, que pensara sacar el agua de las piedras). Y al final han desembuchado; han ofrecido su “solución”. Pobrecitos, menos mal que en el fresquito del Cantábrico es difícil sudar, porque ¡lo que habrán trabajado”, angelitos! ¿Se lo creen, lectores? ¿Están dispuestos a tragar? Bueno, ya la conocemos, una vez más, otra vez, quieren cubrir con un estúpido (que no tupido) velo la verdad, y si cuela, cuela.
¡Que inteligencia han derrochado! Proponen (dilo tú, que tienes más gracia) prolongar la edad hasta los cuarenta para recibir avales. Para recibir aval del gobierno, sí, por hasta el 20% del valor de la vivienda. Sí. Avales, Sí ¿qué pasa? ¿Lo vamos a discutir tó? No es discusión. Y ¿por qué no hasta los cincuenta años? ¿Es que las familias con tres churumbeles no tienen derecho a cumplir la Constitución, habitando una vivienda digna? Es que los avales ya se han probado y, en el mejor de los casos (en el mejor), tienen el efecto contrario, porque se los apuntan los propietarios y las agencias inmobiliarias para hacer creer que el precio ha bajado. Pero sigue haciendo falta una hipoteca y un ingreso mínimo, que no puede ser íntegro para el pago de la vivienda, eso por lo que puede verse, se ha olvidado.
Señores(a) Feijoo, Ayuso, Moreno y demás: el precio de la vivienda está super disparatado. No guarda relación proporcional con sus costos. Es como si un kilo de garbanzos costara 1000 euros, o unos zapatos importados de China costaran 5000. ¿También lo verían bien? No, porque allí seguramente no tienen amigos fabricantes de calzado ni envasadores de garbanzos. Pero sólo por eso. La venta de vivienda se ha convertido en una subasta al revés, pues no puja el comprador, puja el vendedor con el apoyo de las inmobiliarias. De algunas y de las virtuales, más. Porque así su porcentaje crece aunque no crezca, pues decrece la venta. Pero las mayores inmobiliarias, y las demás, no son empresarios, no son empresarios inteligentes, solamente mediocres e irresponsables negociantes, especuladores en busca del mayor beneficio inmediato posible, sin visión de negocio y menos aún de futuro.
No se puede buscar con tanto ímpetu el gobierno, mejor dicho, no se debe, para defender los intereses muy personales y particulares de un grupo perfectamente diferenciado. No es bueno eso para la mayoría, para el Estado. Porque la valoración de la vivienda no está siendo cuestión de ninguna “ley de la oferta y la demanda”: oferta hay, mucha, demanda también, pero ambas no están adecuadas entre sí, en vez de acercarse divergen, se cruzan a distancia. Porque no están defendiendo los derechos de los españoles, por encima de todo están defendiendo los intereses particulares y abusivos de vendedores de VPO a fondos buitre y tenedores de grandes cifras de alquiler, como la familia Aznar.