Aquí está el artículo que he escrito con los argumentos que me has dado:
Podemos pierde fuerza para influir en el Consejo de Ministros y aunque se muestra indignado por la medida del Gobierno de facilitar el acceso a la vivienda a los jóvenes y las familias con hijos, pero no parece que se vaya a oponer a su tramitación.
El Gobierno tiene previsto aprobar este martes una línea de avales del Instituto de Crédito Oficial (ICO) para garantizar el 20% de la hipoteca de una primera vivienda en jóvenes con ingresos anuales inferiores a 37.800 euros y familias con niños a cargo. Se trata de una medida que forma parte del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia y que pretende impulsar el mercado inmobiliario y facilitar el acceso a la vivienda a los colectivos más vulnerables.
Sin embargo, esta iniciativa ha sido duramente criticada por Unidas Podemos, el socio minoritario de la coalición, que la considera "una infamia" y "un regalo a los bancos y a los fondos buitre". Según el partido morado, esta medida supone "hipotecar el futuro de las generaciones más jóvenes" y "agravar la burbuja del alquiler", al tiempo que "desincentiva la inversión pública en vivienda social".
A pesar de su indignación, Unidas Podemos no ha votado en contra de la medida en el Consejo de Ministros, sino que se ha abstenido, lo que ha permitido su aprobación. Esta actitud ha evidenciado la debilidad del partido morado para influir en las decisiones del Gobierno y su sumisión al PSOE, que lidera la coalición.
El modus operandi ha sido siempre el mismo: el domingo, Pedro Sánchez da un mitin y proclama por sorpresa una iniciativa; el lunes, los portavoces morados salen a criticarla; el martes, se aprueba en el Consejo de Ministros con los votos de Unidas Podemos. Así ha ocurrido con otras medidas polémicas como la subida del salario mínimo interprofesional, la reforma laboral o la ley trans.
Esta situación ha generado un malestar creciente entre las bases y los dirigentes de Unidas Podemos, que ven cómo su papel en el Gobierno se reduce a ser un mero espectador o un convidado de piedra. Algunos sectores del partido reclaman una mayor firmeza y coherencia a la hora de defender sus propuestas y sus principios, mientras que otros apuestan por mantener la lealtad al Gobierno y evitar una crisis de gobernabilidad.
Lo cierto es que Unidas Podemos se encuentra en una encrucijada: o bien asume su papel subalterno en el Gobierno y renuncia a sus aspiraciones transformadoras, o bien plantea un pulso al PSOE y arriesga su permanencia en el poder. Sea cual sea la opción que elija, tendrá que asumir las consecuencias políticas y electorales de su decisión.