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Un obispo coadjutor para Almería

Por Francisco J. Escámez Mañas
jueves 11 de marzo de 2021, 15:19h

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Cumplidas las fiestas de Navidad y Epifanía, el pasado 8 de enero saltaba la noticia: el Papa Francisco nombra un obispo coadjutor para Almería. El nombramiento de obispo coadjutor siempre es un caso excepcional y transitorio. Un modo de relevo episcopal previsto en el Derecho canónico, pero infrecuente. Sin embargo, D. Antonio Gómez Cantero no es el primer obispo coadjutor en la sede de San Indalecio. Hemos de retrotraernos al primer tercio del siglo XVII. El salmantino Fr. Juan de Portocarrero, OFM, a la sazón obispo de Almería desde 1603, se halló enfermo de perlesía (debilidad muscular producida por la mucha edad o por otras causas, y acompañada de temblor) en sus manos. Consciente de esa seria limitación para ejercer el episcopado, en 1628 pidió a Roma un obispo auxiliar, que evitara la desatención de los fieles. La Santa Sede estimó conveniente proveer no un auxiliar, sino un obispo coadjutor con derecho a sucesión, circunstancia que también se repite cuatro siglos más tarde. En efecto, el Papa Urbano VIII, en 18 de marzo de 1630, nombró obispo coadjutor para Almería al malagueño Fr. Antonio de Viedma Chaves, OP, hasta entonces auxiliar de Sigüenza. Fr. Antonio de Viedma ejerció poco más de nueve meses como obispo coadjutor, desde el 27 de mayo de 1630. Murió Fr. Juan de Portocarrero el 8 de marzo de 1631, y se verificó el mecanismo sucesorio. Fr. Antonio de Viedma Chaves, OP tuvo un episcopado brevísimo: fue obispo residencial cuarenta y cinco días, del 29 de abril al 9 de junio de 1631. De manera que D. Antonio Gómez Cantero es el segundo obispo coadjutor en la historia de esta sede almeriense.

En cambio, el Obispado de Almería ha tenido cuatro prelados con nombramiento de Administrador Apostólico, otro caso excepcional y transitorio. Han sido, sucesivamente: Juan José Bonel y Orbe, obispo de Córdoba (1845-1847), el Beato Manuel Medina Olmos, obispo de Guadix (1934-1935), Agustín Parrado García, arzobispo de Granada (1937-1943), y José Méndez Asensio, también arzobispo de Granada (1988-1989).

¿Qué podemos esperar del próximo obispo coadjutor?

La palabra del Papa expresa muy bien la mente de la Iglesia sobre los obispos: “Esta es nuestra misión: ser para la Iglesia y para el mundo los ‘sacramentos’ de la cercanía de Dios… Cercanía a Dios y cercanía a su pueblo.

La cercanía a Dios es la fuente del ministerio del obispo… Pero no se puede comunicar la cercanía de Dios sin tener experiencia de ella, sin experimentarla cada día, sin dejarse contagiar por su ternura… Sólo estando con Jesús estamos preservados de la presunción pelagiana de que el bien se deriva de nuestra habilidad. Sólo estando con Jesús llega a nuestros corazones la paz profunda que nuestros hermanos y hermanas buscan de nosotros.

Y de la cercanía a Dios a la cercanía a su pueblo… No es una obligación externa, sino una exigencia interna de la lógica del don… El termómetro de la cercanía es la atención a los últimos, a los pobres, que ya es un anuncio del Reino. Lo será también vuestra sobriedad, en un tiempo en que en muchas partes del mundo todo se reduce a los medios de satisfacer las necesidades secundarias, que ahogan y esclerotizan el corazón... Apóstoles de la escucha, que también saben prestar oído a lo que no es agradable oír. Por favor, no os rodeéis de lacayos y yes men… Finalmente, os pido una vez más que reservéis la cercanía más grande a vuestros sacerdotes: el sacerdote es el prójimo más próximo del obispo. Amar al prójimo más próximo. Os pido que los abracéis, dadles las gracias y animadlos en mi nombre… (Francisco, Discurso a nuevos obispos, 12-IX-2019. Último encuentro formativo para obispos que pudo tenerse, por la pandemia).

El obispo, obviamente, no lo es todo. Hemos de formar piña con él, en cuanto colaboradores eclesiales. Eso sí, ha de promover todas las vocaciones: fieles, religiosos y sacerdotes. Lo dijo hace poco el arzobispo de Sevilla: “Los obispos pasamos. Sois los sacerdotes los que dais continuidad a la acción pastoral y los que tenéis que mantener enhiesto el pabellón de la fidelidad, la caridad pastoral y la entrega a vuestros fieles.” (Mons. Juan José Asenjo Pelegrina, Carta a toda la Archidiócesis Hispalense, 18-XII-2020)

Bien sabe D. Adolfo que es cierto el dicho sobre nuestro carácter acogedor: ‘En Almería no serás un extraño’. ¡Bienvenido, D. Antonio!