No puedo evitar sentir un escalofrío al leer que la DGT prevé 6,6 millones de desplazamientos durante el puente de la Constitución. ¿De verdad? ¿Seis millones y medio de coches en las carreteras españolas? Me imagino que lo primero que se me viene a la mente es la imagen de una gran serpiente de metal y humo, retorciéndose por las autovías como si fuera un dragón en plena rabia. Y aquí estamos, los mortales, dispuestos a enfrentarnos a esta bestia con nuestras ganas de escapada.
Este año, gracias a esa genial idea de trasladar la festividad de la Inmaculada del domingo al lunes, muchos andaluces nos lanzaremos a las carreteras como si no hubiera un mañana. En mi caso particular, ya estoy pensando en cómo esquivar atascos y buscar rutas alternativas. Recuerdo una vez que decidí irme con unos amigos a Granada justo en un puente. La autovía estaba más llena que el Mercado Central un sábado por la mañana. Tuvimos que hacer una parada estratégica en un bar de carretera para recuperar fuerzas (y paciencia) con unas tapas de jamón y un par de cañas (yo una cola light, que conducía). Al final, llegamos a Granada más tarde de lo previsto, pero con historias que contar y risas compartidas.
Pero volviendo al tema: 6,6 millones de desplazamientos. ¿Y qué hacemos nosotros los almerienses? Muchos aprovecharán para visitar nuestras segundas residencias en la costa o escaparse a las montañas del Parque Natural de Sierra Nevada a ver si pillamos nieve. Yo misma tengo planes para visitar a unos familiares en Roquetas; espero que no se convierta en una odisea épica... sí, ya sé que está aquí al lado, pero si un día normal la A-7 es una odisea, no te digo nada cuando vienen los mesetarios. Aunque pensándolo bien, siempre hay algo mágico en esos viajes largos: el playlist preparado con tus canciones favoritas, las paradas improvisadas para estirar las piernas y las charlas profundas sobre la vida mientras el paisaje va cambiando por la ventanilla.
Y claro, no podemos olvidar el espíritu navideño que ya empieza a asomarse entre luces y mercadillos. Las ciudades andaluzas se llenan de vida y color durante estos días festivos. En Almería capital, el ambiente se vuelve especial; los niños correteando por las calles iluminadas mientras los adultos disfrutamos del aroma del chocolate caliente y los churros recién hechos. A veces pienso que ese es el verdadero regalo del puente: poder disfrutar del tiempo con nuestros seres queridos sin mirar el reloj.
Así que sí, 6,6 millones de desplazamientos son muchos… pero también son muchas oportunidades para crear recuerdos inolvidables. Así que si decides lanzarte a la aventura este puente, recuerda llevar paciencia en tu maleta (y alguna bolsa de pipas para el camino). Y si te encuentras atrapado en un atasco interminable, pon tu canción favorita y disfruta del momento; después de todo, cada kilómetro recorrido es parte del viaje.
¡Feliz puente!
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