El portavoz accidental de Vox en la Comisión Asuntos Europeos del Parlamento de Andalucía, Benito Morillo, ha criticado que sea el presidente del Gobierno central, Pedro Sánchez, quien controle el reparto de los fondos Next Generation, aunque eso ocurre precisamente gracias a su partido, cuya abstención permitió la convalidación del Real Decreto correspondiente.
Morillo criticó que de los 4.000 millones Nex Generation solicitados por Andalucía “solo llegarán 180 al aplicar un criterio de población que supone un agravio más para Andalucía por parte del Gobierno del señor Sánchez”. Fue a más al asegurar que “todos conocemos ya el reparto oportunista de la ingente cantidad de recursos que está en manos del gobierno, e igualmente tememos que el despilfarro del Estado Autonómico se extrapole también a estos fondos, una gestión que está caracterizada por la opacidad, discrecionalidad e ineficiencia a la que la autonomías nos tienen acostumbrados”.
Lo que no aclaró el parlamentario es quién debería gestionar esos fondos, ya el Gobierno central lo realiza de modo “oportunista” y las comunidades de modo “ineficiente”, y eso lo une a que el Gobierno central se queda con una “ingente” cantidad de fondos, y a Andalucía llega muy poco para su autogestión.
Mientras el PP votó en contra de la propuesta del Gobierno socialcomunista a la que se adhirieron el PNV, Bildu, los dos grupos canarios, los cántabros y Teruel Existe, la abstención de Vox fue determinante para que saliera adelante. Los populares querían que los fondos tuvieran una gestión más diversificada, y que tanto las comunidades autónomas como las administraciones locales, pudieran decidir sobre los proyectos a financiar, y dotar todo el proceso de mayor participación y transparencia. Parece que ahora Vox, al menos en Andalucía, ha cambiado de opinión.