El pleno del Ayuntamiento de Almería ha aprobado de modo provisional la ordenanza de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE), una medida que se impone desde la Unión Europea para todas las ciudades de más de 50.000 habitantes con el fin de mejorar la calidad del aire y reducir las emisiones de gases contaminantes.
Sin embargo, la ordenanza almeriense parece más un brindis al sol que una apuesta real por el medio ambiente, ya que en la práctica no restringe el acceso de ningún vehículo a la ZBE, que abarca el casco histórico y parte del centro. Según el equipo de gobierno del PP, y en palabras de la concejala María del Mar García Lorca, se trata de una norma "flexible y consensuada" que busca "compatibilizar la movilidad con la sostenibilidad".
Pero no todos los grupos políticos están de acuerdo con esta visión. El PSOE, a través de su portavoz Adriana Valverde, criticó la falta de ambición y de medidas concretas del PP para mejorar el transporte público, fomentar el uso de la bicicleta y peatonalizar más calles. Valverde afirmó que el aire de Almería está contaminado y que se necesita una acción decidida para revertir esta situación.
Por su parte, Vox se opuso frontalmente a la ordenanza, alegando que supone un ataque a la libertad y a los derechos de los almerienses. Su concejal Juan Francisco Rojas negó que haya un problema de contaminación en la ciudad y acusó al PP de "plegarse" a los dictados de Bruselas y de "criminalizar" al coche. Rojas dijo que su partido defenderá siempre el interés general frente a las imposiciones "ecologistas y globalistas".
Y en medio de este debate, ¿qué hizo Podemos? Pues nada, abstenerse sin dar ninguna explicación. Su único edil, Alejandro Lorenzo, parece haber perdido el interés por la política municipal y se limita a lanzar mensajes en Twitter (ahora X), donde tiene bloqueado a Noticias de Almería, así que no podemos saber qué piensa sobre la ZBE ni sobre otros temas de actualidad. Lo de Lorenzo empieza a ser grave.
Así pues, tenemos una ZBE, pero menos, una ordenanza que no ordena nada, puesto que si los coches y resto de vehículos van a poder seguir transitando por donde mismo lo hacen ahora, no parece tener más sentido que el de ejecutar una obligación legal, pero sin más pretensiones.